viernes, 12 de marzo de 2010

Llovia...

Aquella noche llovía el cielo desconsolado, lloraba 15 años sin verte, se caía a pedazos, se desangraba al volver a encontrarte, magra, oscura, maquillada como un payaso desterrado, vistiendo harapos negros, fumando quien sabe que marca de cigarrillos baratos, vendiendo el alma a pedazos en aquella esquina aunque no creo que te quedara mucho por vender...
Al descubrirlo entre las lagrimas y las penumbras de la calle, casi volviste a la vida, se te dibujo en el rostro una mezcla de sonrisa y sorpresa efímeras y tristes. 15 años, 180 meses, 5476 noches buscándote y ahora, así de la nada te encontró accidentalmente en aquella esquina con 2 ginebras encima, sin siquiera pensar en perder la elegancia, se acerca, te sonríe y murmura alguna frase inaudible a esa distancia, pero supiste al instante lo que buscaba.
El también cambio, tiene canas pero plateadas de esas que no se ven a menudo y que que en verdad lo hacen a uno brillar de viejo, sus ojos ya no gritan lo que no dice y su billetera esta mas flaca, pero aun te amaba y vos lo amabas todavía esa noche, te tomo de la mano, te abrazo, te dejo un lila en el bolsillo izquierdo, que sentintiste como una caricia en la retaguardia, te beso y te llevo a un hostal.
La noche lloraba desconsolada, pero vos ya no lo sentías así

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